Aunque nuestra huerta es pequeña tiene bastante trabajo, espantar a las aves nuestra meta ya cumplida, los brotes deben estar tan llenos de sabor que las aves se pelean por entrar y llevárselas, pero ya encontramos una solución, un espanta pájaros y cinta de videocassette. Controlar a los caracoles y babosas es otro tema, hay varias recetas, la que más nos ha dado resultado son las cáscaras de huevo molidas y también esparcir ceniza, eso los detiene.
En primavera se siembran bastantes semillas como lechugas, zapallo italiano y camote, maíz, espinaca, poroto verde, tomate, transplantar también algunos almácigos de acelga, lechuga, albahaca.
Junto a Darío sembramos más lechugas, sandías, rúcula, y transplantamos albahacas, acelgas, tomatitos cherrys, vamos a tener un verano lleno de cosas ricas. También nos comimos unas frutillas.
El trabajo en la huerta es ingresar a un conexión con la tierra, con un mundo lleno de suciedad, pero una suciedad relajante, sin prejuicios, sin querer lavarse, el trabajo en la huerta está lleno de aromas, olores y hedores que nos trasladan a un pasado desconocido. Ya verán algunos de ustedes cuando prueben los preparados de Té de Ortiga o Té de Guano, un aroma algo espantoso, pero que dentro de esa pestilencia se encuentran miles de nutrientes que las plantas y microorganismos siempre agradecerán.
Les dejo unas fotos aquí, para que miren que tal va nuestra trabajo, todo para alimentarnos poco a poco con verduras sanas y de buena procedencia.